Inminente definición en el PRI apresurará la ruta de la coalición

*Partidos deberán dejar en ensimismamiento y activar sus tácticas
Adrián Ortiz Romero Cuevas
Oaxaca.- La renuncia a la dirección general del Infonavit del priista Alejandro Murat Hinojosa, tendrá efectos inmediatos no sólo al interior de su partido, sino en todas las fuerzas políticas que buscarán la gubernatura del estado el año siguiente. Este hecho constituye nada menos que el banderazo de salida de la sucesión en el gobierno de Oaxaca. Habrá que observar con detalle los pasos siguientes de todas las fuerzas políticas, que abruptamente tendrán que dejar la zona de confort para activar sus estrategias rumbo a junio de 2016.
En efecto, la noche del lunes se dio a conocer la renuncia de Murat Hinojosa a través de las redes sociales. El periodista Joaquín López Dóriga anunció la dimisión alrededor de las 20 horas del lunes, y desde ese momento se esperaban algunas reacciones, particularmente de otros actores dentro del Revolucionario Institucional, que habían manifestado su voluntad de buscar la candidatura a Gobernador por ese partido. En lo inmediato no hubo ninguna reacción. Pero sí se apresuró la ruta para la legitimación del proceso interno del priismo local para definir sus candidaturas.
Ayer mismo se le dio forma a la reunión del Consejo Político Estatal del PRI, en el que se hicieron algunas definiciones importantes. Se delineó, por ejemplo, la ruta para que sea una convención de delegados lo que defina la candidatura al gobierno estatal, y se establecieron los mecanismos y algunos detalles de cómo se desenvolverán algunas definiciones relacionadas con las diputaciones locales y las alcaldías, que también estarán en juego en la misma jornada electoral. Aún no es tiempo formal para el establecimiento de nombres. Pero la renuncia en solitario —y sin aspavientos de los otros sectores priistas— de Murat Hinojosa, fue de entrada un mensaje bastante claro de cuál será la ruta que pudiera tomar la sucesión dentro del priismo.
Llama la atención, sin embargo, que junto a eso hay otras definiciones —en otros partidos— que también habrían de apurarse si se constata la ruta del priismo con Murat Hinojosa, que desde la noche del lunes es el único aspirante franco a la gubernatura estatal, en un panorama atiborrado de aspirantes pero ausente por completo de determinaciones sólidas. Básicamente, los partidos que han manifestado su voluntad de volver a ir en coalición a los comicios de 2016 tendrán que dejar el marasmo y establecer rutas específicas para el desahogo de sus candidaturas. ¿De qué hablamos?
De que en Oaxaca, por primera vez en los comicios jugará la variable de la posibilidad de acceder a las candidaturas independientes; y que en los respectivos partidos que integran la coalición, no existe ninguna definición concreta sobre quiénes son sus posibles candidatos, y cuál será la forma de definir su rumbo. La primera de estas cuestiones será determinante para apurar el proceso de las segundas, debido a que como no hay definiciones más de uno pretendería buscar una candidatura independiente si es que alguno de los partidos de la coalición, o toda, decide no brindarle su candidatura.
En las semanas siguientes, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca emitirá las reglas bajo las cuales habrá de regirse el proceso de la postulación de candidatos independientes en la entidad. Este proceso tendrá que desahogarse a más tardar en el mes de enero de 2016. Por eso es poco probable que después de esas fechas los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática aún no hayan perfilado a quien será su abanderado.
GUERRA EN LA COALICIÓN
Nada ni nadie ha podido detener al senador Benjamín Robles Montoya en su definición de repudiar al grupo político que lo encumbró. Éste, que tiene como único respaldo las encuestas que le dan ventaja sobre los demás posibles abanderados de la coalición PAN-PRD, ha tratado de desmarcarse del régimen saliente a través de una ruta que puede ser un verdadero camino de terracería: ha señalado a sus ex correligionarios, ha cuestionado a su Jefe Político, ha machacado tardíamente la corrupción, e insiste en establecer una postura crítica, que más bien ha rayado en la soberbia.
Evidentemente, lo que intenta es generar una distancia, aunque por nada más que un cálculo electoral hacia el año próximo. A la par de ello, hay otros actores y otros grupos que intentan capitalizar la ascendencia del Gobernador del Estado en las cúpulas nacionales del PAN y PRD, para tratar de ubicarse en un mejor escenario para la obtención de la candidatura. Todo esto se ha enredado por la falta de claridad en las definiciones del PRD, que con su nuevo dirigente nacional, Agustín Basave, se ha pronunciado por recuperar la competitividad electoral pero no ha establecido rutas específicas para definir a sus candidatos en la mayoría de las entidades donde habrá comicios en 2016.
¿Qué es lo previsible? Que luego de la definición en el PRI, Robles Montoya trate de presionar para apurar la definición de la candidatura a Gobernador, a través de la exigencia de que el PRD cumpla su palabra de preferir la competitividad de sus cuadros, sobre el fiel de la balanza de los gobernadores en esas definiciones. Quién sabe si lo logre, porque la pulverización del perredismo nacional, y su incapacidad de generar posturas serias y consistentes, dificultan la posibilidad de contar con una previsión específica de lo que puedan finalmente decidir, en un panorama nacional tan descompuesto como en el que ahora se encuentran.
Mientras, sus competidores internos (el diputado federal José Antonio Estefan Garfias, en específico) tratarán de capitalizar las indefiniciones del perredismo, y no desperdiciarán ninguna posibilidad de seguir generando la percepción de que la balanza podría definirse a su favor. En Morena, al final, podrían no haber sorpresas en la definición de una candidatura propia a la gubernatura. Y los partidos minoritarios tratarán de amalgamarse o con el PRD, o con Morena, básicamente para no perder el registro que una de las recientes sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación mantuvo en tres por ciento, y no en dos como ellos lo habían decidido por ser partidos políticos de integración indígena.
¿MÁS RENUNCIAS?
Es muy probable que las haya pero no en el contexto electoral sino en la reconfiguración del régimen de cara a su último tramo de gestión. Sería interesante ver si alguien decide una ruta libre. Pero la conocida verticalidad del PRI inhibe las sorpresas.

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