Recursos económicos y organizaciones permitieron a la CNTE aumentar su fuerza política

Salvador Flores Durán

 
Oaxaca.- Los recursos económicos de los maestros de Oaxaca así como sus negociaciones y movilizaciones, le permitieron a la CNTE crear organizaciones de comerciantes, campesinos y colonos que multiplican su fuerza numérica y política, además de que la crisis del 2006 resultó en un “nuevo equilibrio” a su favor, a lo que se suma la derrota electoral del PRI en el 2010, señala en investigador Jorge Iván Puma Crespo.

 
Destaca que a pesar de su “radicalidad, la disidencia magisterial también tiene una larga tradición de negociación con el Estado”, y que con la descentralización educativa promovida por Carlos Salinas de Gortari, se “trasladaron recursos y facultades al gobierno de Oaxaca, lo cual preparó el terreno para que el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO) firmara la “Minuta de 1992” con el gobernador Heladio Ramírez, estableciendo un cogobierno sindicato-gobierno del estado”.

 

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Autor del ensayo “Elementos para comprender a la Sección 22 de la CNTE”, el especialista señala también que a esta fuerza política del magisterio “hay que sumar su paulatino crecimiento numérico que en los últimos años –sin contar con una cifra precisa– los acerca a los 80 mil, a los que hay que sumar familias y allegados”.

 
Maestro en Historia Internacional por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y exasesor en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, señala que los recursos económicos de los maestros en Oaxaca, derivados de su estabilidad salarial y laboral, que les da su plaza, así como su experiencia política obtenida en negociaciones y movilizaciones explican porque en diversos momentos fueron capaces de crear organizaciones de comerciantes, campesinos y colonos”.

 
Señala que ello les ha permitido multiplicar su fuerza numérica y política, más allá del propio sindicato y explica la participación en enfrentamientos recientes de organizaciones afines al magisterio, como la Unión de Artesanos Comerciantes Oaxaqueños en Lucha (UACOL) y el Frente Popular Revolucionario (FPR).

 
Detalla que “a esto hay que sumar su paulatino crecimiento numérico que en los últimos años –sin contar con una cifra precisa– los acerca a los 80 mil, a los que hay que sumar familias y allegados”.

 
Asimismo, señala que el escenario actual de confrontación en Oaxaca fue provocado primero con atisbos “por las evaluaciones fallidas del servicio profesional docente”, y luego por “la amenaza, por fin ejecutada, de los despidos y el discurso de “mano firme” del Secretario de Educación”.
Dijo que el congelamiento de cuentas de la dirigencia y las órdenes de detención tampoco habían provocado una reacción, “en esa calma extraña, sólo los estallidos en Chiapas parecían romper con la tensa paz”.

 

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El investigador señala que actualmente “nos encontramos ante dos fuerzas políticas que luchan por la legitimidad y el control del sistema educativo y en el camino se ha llegado a afectar a la población civil”.

 
“En esa lucha, el Estado debe cumplir con el respeto de los derechos humanos y la ley, algo que sistemáticamente ha probado ser incapaz de hacer y que debilita su pretensión de implementar la reforma, acaso porque su interés se ha reducido a mostrar la fuerza de sus iniciativas”, destacó.

 
Señala que es el momento de aceptar que el debate sobre la educación pública en México se encuentra en un momento álgido y que la solución debe ser mediante el diálogo que trascienda las verdades a medias y que “pasa por reconocer a la Sección 22 como un actor político legítimo” y al que “no debe reducirse a una caricatura”.

 
Subsecretario de Educación Superior en el gobierno del Distrito Federal, y licenciado en Ciencia Política y Gobierno, Puma Crespo destaca que la CNTE es “una confederación de tendencias, grupos y organismos sindicales oficiales con fuerza principalmente en los estados de Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca”.

 
La CNTE surgió a partir de la lucha de varias tendencias de izquierda en Chiapas por controlar la Sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de una coalición de fuerzas opositoras al PRI que perseguían democratizar el SNTE, detalló.

 
La CNTE fijó como norma de acción la no participación en elecciones y un rechazo a la injerencia de los partidos en su vida sindical, su lucha “no ha estado exenta de intercambios de violencia entre profesores y agentes del Estado. Sin embargo, a pesar de su radicalidad, la disidencia magisterial también tiene una larga tradición de negociación con el Estado”.

 

Recursos económicos y organizaciones permitieron a la CNTE aumentar su fuerza política
El investigador del CIDE destaca tres momentos en la evolución del movimiento magisterial en Oaxaca, el primero es “la captura de la estructura sindical del SNTE a nivel estatal a principios de los años ochenta”.

 
El segundo, señala, es la descentralización educativa en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y un tercer momento importante es el conflicto social de 2006 íntimamente ligado con la lucha entre grupos de poder por el control del gobierno estatal, y “a pesar de la represión, acabó en un nuevo equilibrio favorable a la sección 22 y con la derrota electoral del PRI en 2010”.

 
Estas circunstancias, detalla, explican cómo el magisterio fue constituyéndose como factor real de poder en la política local.

 
Al interior de la Sección 22, destaca el investigador, las decisiones políticas reales son tomadas en asambleas donde las corrientes políticas internas discuten y votan, por lo que las “instancias oficiales se convierten en mero trámite. Eso también relativiza la fuerza real de la dirigencia, pues el poder real está en las corrientes internas y se ejerce en las asambleas”.

 
Además, a partir de 1992 los conflicto internos de la S22 “con la captura de espacios administrativos dentro del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) se introdujo una nueva tensión: los recursos económicos y el control de plazas”.

 
La participación de las bases y el nivel de interferencia de los grupos locales varía de acuerdo a la “fortaleza o debilidad de la organización, pero también se experimenta un paulatino divorcio del maestro con las comunidades y una mayor dependencia a los recursos públicos para incentivar la participación política”.

 
Puma Crespo detalla que la “recuperación” a mediados de 2015 del control de una parte del sindicato respecto de la burocracia central en Oaxaca no provocó una reacción tan fuerte, por la animadversión general entre la base del magisterio hacia los burócratas de las oficinas centrales y en parte por la presencia de abundantes fuerzas de seguridad federales.

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