Alicia Alarcón
Fernando de Fuentes y la lente posrevolucionaria de Norma Sánchez; Márta Mészarós frente a la Historia de Abel Muñoz Hénonin; y Nicholas Ray rebelde con Causa de Alfonso Ortega Mantecón, es la primera triada que la Cineteca Nacional editó, en el marco de su 50 aniversario de existencia, la cual formará parte de una colección conmemorativa dedicada a importantes directores de cine, como un homenaje tanto a la institución en sí misma como a los directores que han contribuido de manera significativa al mundo cinematográfico.
Estos libros pueden considerarse un tributo a la labor de la Cineteca Nacional, en la preservación y difusión del cine mexicano e internacional a lo largo de su historia. Además, al destacar la obra de directores influyentes, se reconoce su impacto en la industria cinematográfica y se les rinde un merecido reconocimiento por su contribución artística.
Tengo en mis manos, Marta Mészáros frente a la Historia, escrito por Abel Muñoz Hénomin. El libro consta de casi cien páginas, está acompañado de una filmografía selecta, imágenes de diferentes filmes, fotos y documentos. Nacida en Budapest en 1931, con la cinta “Adopción” (1975) se convirtió en la primera mujer húngara en ganar el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín.
En la contraportada, se menciona que este libro es una exploración de la obra de Márta Mészáros, una cineasta notable por sus películas durante el periodo comunista en Hungría.
El autor, ubicado en la Ciudad de México del siglo XXI, reflexiona sobre cómo la obra fílmica de esta directora ofrece una ventana única a la experiencia comunista, mientras examina la interacción de factores políticos, sociales y personales en su trabajo.
En el capítulo “Hay mucha gente que llora aquí” (página 24), Abel Muñoz nos menciona que sabe de Hungría algunas cosas, entre ellas que los magiares llegaron a Europa central hace un milenio desde el Volga: “con una cultura influida por los pueblos túrquicos… que su lengua no es indoeuropea sino finoúgria, que una vez que abandonaron a sus dioses se convirtieron al catolicismo, que el reino de Hungría se enfrentó al Imperio Otomano… y que se sumó a la corona austriaca para formar un imperio bicéfalo”, el austrohúngaro, con una clase política apática, feudal, enfrascada en sus privilegios. Vendrían las dos guerras, la invasión soviética de 1956. Situaciones políticas que retrata Mészáros, y que nos lo explica de una manera clara y sencilla, Abel Muñoz.
El capítulo “Me encanta cocinar y reunir a los niños en la mesa” reúne fragmentos de varias entrevistas a Mészáros , realizadas por Exberliner, Bez, Scheneider y Broke magazine, entre otros, realizadas a lo largo de su trayectoria, en las que menciona sobre el trabajo creativo, los guiones, los proyectos, ideas y recuerdos. Una carrera, explica Abel Muñoz, en la que había poquísimas directoras en Europa y la Unión Soviética. “Una carrera que se fortalecía con reconocimientos como el Oso de Oro… Para ella, el punto clave fue que con ese premio pudo comenzar a hacer cine de verdad… está convencida de que la potencia de los cines de Europa del Este y Rusia de la segunda mitad del siglo XX radica en que su especificidad temática, local y formal se volvieron universales. Por eso se lamenta que los cineastas jóvenes quieran hacer cine genérico, para ella influido por Hollywood”.
Abel Muñoz es profesor en la Escuela Superior de Cine, en la Universidad Iberoamericana y en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Fue jefe del departamento de Hemeroteca, responsable del Centro de Documentación, subdirector de Publicaciones y Medios y Director de Programación y Difusión en la Cineteca Nacional.
Esta colección es un gesto de celebración y reconocimiento hacia la Cineteca Nacional, a los directores de cine destacados, y sin duda, a los escritores de dichos libros, que con su pluma y sapiencia nos muestran desde su punto de vista, la vida y obra cinematográfica de cada director como un legado en la industria cinematográfica.