Presas y acueductos abastecen de agua potable a comunidades del norte de México

*El Acueducto Concordia fue diseñado para conducir 83 litros por segundo, que representa casi 70 mil litros al día

Cecilia Perezgasga Ciscomani

El Acueducto Picachos-Concordia es un proyecto que surgió por iniciativa federal para llevar el agua a 13 comunidades en el estado de Sinaloa, cuya obra se entregó a la comunidad y hoy está funcionando y operando al 100 por ciento, señaló Juan Antonio Bernal Villa, Ingeniero en Hidrología por la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y funcionario de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).

En el Conversatorio Tan claro como el agua, organizado por el Museo Gota del Agua, indicó que se trata de un proyecto integral que cubre alrededor de 22,500 hectáreas de abastecimiento no sólo de agua potable, sino también para zonas agrícolas de riego.

La línea principal del acueducto tiene una longitud de casi 33 kilómetros que se conecta con 47.6 km de ramales, lo que garantiza la entrega de líquido de calidad a 12 poblaciones y a la cabecera municipal de Concordia, Sinaloa.

La planta potabilizadora tiene capacidad para tratar 83 litros por segundo en la cual se construyó, además, un campo de paneles solares que genera hasta 25 por ciento menos de la demanda eléctrica requerida en la zona. Estas comunidades se abastecían de agua a través de pozos ribereños, es decir, pozos cercanos a ríos que rápidamente se secan. Gracias a la cercanía de la Presa Picachos se hizo posible llevar el recurso a esas 13 localidades.

El Acueducto Concordia fue diseñado para conducir 83 litros por segundo, que representa casi 70 mil litros al día. Su operación está completamente automatizada; la potabilizadora, las válvulas y los tanques, todo puede operarse desde una computadora o desde un servidor. Se ha aplicado la mejor tecnología para la supervisión de todos los procesos de estos ductos modernos.

Por las mismas fechas en que se inauguró la obra Picachos-Concordia, se echó a andar el Acueducto Yaqui en el municipio de Cajeme, Sonora, infraestructura que inicia en la Presa del Oviáchic o Presa Álvaro Obregón, pasa por una planta potabilizadora y se distribuye por esta vía, beneficiando a 50 comunidades yaquis.

Se construyeron cerca de 250 kilómetros de instalaciones, de líneas de conducción de agua con tubería, desde ramales principales hasta las redes de distribución para cada pueblo; esto permite que se cuente con 200 litros por segundo para abastecer, aun con crecimiento poblacional, por 30 años más. También hay proyectos de canales de agua potable en Monterrey y en Guadalajara, así como para el abastecimiento del bien hídrico para zonas agrícolas.

Esta ha sido una preocupación primaria para el presidente Andrés Manuel López Obrador, reivindicar los derechos del pueblo Yaqui que ha sido tan castigado desde antes del porfiriato, destacó el doctor Javier Velázquez Moctezuma, Profesor Distinguido por la UAM. “Se sabe que el presidente está muy orgulloso de lo que ha hecho CONAGUA con las obras realizadas en este sexenio”.

El mantenimiento normalmente se hace en dos periodos del año, antes del estiaje y antes de las lluvias, y consiste básicamente en revisar los sedimentos dentro de la tubería. Donde se requiere de uno más específico y meticuloso es en las plantas potabilizadoras de agua, indicó Bernal Villa.

En el caso concreto del Acueducto Concordia, su mantenimiento resulta fácil y de bajo costo ya que cuenta con ciertos elementos técnicos que permiten que sea más sencillo. Este y los que se han construido en tiempos recientes, están recubiertos por una tubería de polietileno de alta densidad cuya característica principal es que es completamente hermética, lo que previene una posible contaminación por sustancias químicas o por hidrocarburos.

Antes eran a cielo abierto, así se acostumbraba, pero dejaron de ser funcionales por los riesgos de contaminación. Hoy, al construirlos se lleva a cabo varios estudios, uno contempla una manifestación de impacto ambiental, otro es técnico justificativo y hay un dictamen técnico para cambio de uso de suelo, requisitos que impone la SEMARNAT.

No se provoca ningún desequilibrio hídrico porque su extracción se hace a partir de una presa. Para todo ello, es necesaria una colaboración multidisciplinaria que contempla a ingenieros químicos, ingenieros mecánicos, ingenieros ambientales, ingenieros forestales, biólogos, y otras disciplinas transversales que en el camino aparecen.

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