PAN con lo mismo

Jorge Francomárquez
México, D.F.— Luego de la elección del pasado siete de junio, el Partido Acción Nacional (PAN) refrendó su posición como segunda fuerza política del país.

En números redondos el PRI ganó el 30% de los votos a nivel federal para elegir diputaciones federales, el PAN el 20%, el PRD el 11%, Morena 8%, el Partido Verde el 7%, Movimiento Ciudadano el 6%, los demás partidos alrededor del 3%, unos por encima de éste que es el porcentaje mínimo para conservar el registro como partidos con carácter nacional, y por debajo de este 3% quedaron el PT y el Partido Humanista, quienes ya se perfilan para desaparecer.

En este contexto la posición de Acción Nacional rumbo a la elección presidencial de 2018 será estratégica, pues como segunda fuerza política y único partido diferente al PRI en haber detentado la titularidad del Ejecutivo Federal, de apretar los botones correctos y encauzar su estrategia político-electoral de manera adecuada, podría meterse a la pelea para recuperar la Presidencia de la República.

Con una izquierda pulverizada que obtuvo porcentajes de votación minoritarios; con el surgimiento de las candidaturas independientes como una fuerza real para poner en jaque al sistema tradicional de partidos, y con el obsesivo liderazgo radical de Andrés Manuel López Obrador quien jamás permitiría la unificación de un bloque opositor de izquierda, el PAN se presenta como una opción real que podría desarrollar la fuerza potencial para meterse de lleno a la lucha electoral de 2018.

Sin embargo la realidad actual de este partido apunta a que de quedar Ricardo Anaya al frente del blanquiazul, lograr un cambio sustancial sería difícil pues Gustavo Madero sería quien continuaría moviendo los hilos del PAN ya que fue él mismo quien llevó a Anaya al interinato de la presidencia albiazul en la ocasión anterior a fin de garantizar la continuidad de su dirigencia.

En dónde está parado el PAN

El partido albiazul se encuentra inmerso en el proceso de renovación de su dirigencia nacional actualmente en manos de Gustavo Madero Muñoz.

Los contendientes que buscan encabezar al partido en este tramo que será estratégico para generar condiciones favorables rumbo al 2018 son el diputado federal Ricardo Anaya y el senador Javier Corral.

Ricardo Anaya es considerado el candidato oficial de Gustavo Madero. En la pasada elección de la dirigencia del PAN, Anaya contendió en fórmula junto con Madero contra el senador y ex secretario de Hacienda en el sexenio de Felipe Calderón, Ernesto Cordero Arroyo.

En esa contienda hubo numerosos señalamientos de inequidad por parte de Ernesto Cordero. Aún así, en el proceso interno se impuso por votación de la militancia la fórmula Madero-Anaya.

Una vez reelecto, Madero se inscribió como número uno en la lista de diputaciones plurinominales, rumbo a la elección del 7 de junio. El objetivo de este movimiento, según se señaló dentro y fuera del PAN, es que Madero pudiera ocupar la coordinación de los diputados, luego la presidencia de la Cámara de Diputados, y posteriormente la candidatura presidencial.

En ese periodo, Madero pidió licencia de la dirigencia nacional para hacer campaña, quedándose al frente del PAN el joven legislador queretano, Ricardo Anaya, por lo que de quedar nuevamente al frente se prevé difícil que bajo la tutela de Madero, éste pueda dar el golpe de timón que requiere el partido para remontar las condiciones adversas en las que se encuentra en la actualidad.

Los resultados de la elección del 7 de junio fueron considerandos en general negativos para los partidos de oposición. El PAN no fue la excepción, pues a pesar de haber quedado como segunda fuerza, su camino no se percibe en forma ascendente sino por el contrario, de continuar así las cosas, no garantiza que en tres años pueda avanzar de forma contundente para convertirse en al primera fuerza política del país.

Por su parte, el senador Javier Corral, segundo contendiente, ha sido férreo opositor de la forma en que Gustavo Madero ha manejado al Partido Acción Nacional. Corral al anunciar candidatura para dirigir al PAN pidió ir en contra de compadrazgos.

Indicó que buscará reformar a Acción Nacional para regresarlo a su cauce democrático y su misión ética, porque se necesita “desatarlo del gobierno de Enrique Peña Nieto” porque el blanquiazul está indiferente ante la corrupción que prevalece en algunos gobiernos panistas estatales y municipales, apuntó.

Cabe señalar que al interior del PAN las simpatías se han decantado hasta el momento en una mayoría significativa a favor del candidato oficial, Ricardo Anaya.

Corral puntualizó que busca desafiar a los cacicazgos al interior ni tajadas de lo que sobre del PAN “sino revolucionar a las bases”.

“La candidatura presumiblemente de unidad que busca imponer el consorcio que detenta el poder en el partido no puede ser la respuesta a lo que nos está pasando y mucho menos decir que quien compita contra esto busca dividir, que atenta contra la unidad, al PAN nunca lo ha debilitado la competencia interna, lo ha debilitado la corrupción, el compadrazgo, la ineptitud, la onda grupera, nos tiene donde estamos el silencio cómplice y el atroz individualismo que muchos compañeros toman viendo por su interés”, puntualizó Corral Jurado.

Corral señaló que el PAN sufre una crisis moral que se debe reconocer y no recurrir al “autoengaño”, ya que recordó “que la decadencia de las grandes instituciones surge por la ceguera de sus dirigentes”, de ahí la importancia “de emprender una cruzada por Acción Nacional”.

No es casualidad que luego de dos sexenios panistas al frente de la nación, el voto mayoritario haya optado por regresar al PRI a Los Pinos, por lo que el PAN impulsa una renovación profunda basada en un autoanálisis crítico, con el riego de descienden a la tercera posición.

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