Modelos viralizan ‘Bohemian Rhapsody’

Tres modelos en un coche interpretan una de las canciones más emblemáticas de Queen. Bohemian Carsody suma más de 6 millones de reproducciones y nos recuerda que para disfrutar de la amistad femenina lo mejor es dejarse llevar con un buen playback.
De izquierda a derecha son Shae-Lee, Madison y Lana (28, 27 y 25 años), tres modelos australianas que comparten agente y ganas de hacer el ‘payaso’. Hace seis meses decidieron sacar adelante el proyecto SketchShe con el objetivo de conseguir algún día su propio programa de televisión. “No hay suficiente comedia hecha por mujeres. Mucha gente sigue pensando que las chicas no son divertidas y nosotras luchamos contra eso”, dice Shae-Lee, admiradora de cómicas como Rebel Wilson o Kristen Wiig.
Su playback acelerado de Bohemian Rhapsody lleva en el momento de escribir este artículo 4,7 millones de reproducciones en Facebook y más de 2,5 millones en Youtube. Creen que el éxito del vídeo es la empatía que genera: “Todo el mundo se ha flipado con Bohemian Rhapsody en algún momento de su vida, borracho en un pub o conduciendo de camino al trabajo. La gente ha conectado con el vídeo por eso. Bueno, por eso y porque nuestra coreografía es increíble”, añade Madison.

Tanto ímpetu emulando a Freddie Mercury (grabaron tres tomas de una canción que dura 5:54 minutos) se saldó con dolor de cuello, pero ha merecido la pena y ya están planteándose el siguiente. No será con ninguna canción del momento porque “en la música actual faltan solos de guitarra”, pero barajan canciones de Michael Jackson, los Rolling Stones o incluso repetir con Queen.

“En menos de una semana hemos pasado de 9000 a 20000 seguidores”, se enorgullece Shae-Lee. Y Madison nos cuenta que hace unos días a Lana la reconocieron en una cafetería como la chica del asiento de copiloto de Bohemian Carsody: “Y el dependiente le dio una galleta gratis. ¡Una galleta! ¡Gratis! No se puede pedir más”.

Su profesión les da mucho juego para hacer bromas, ya sea burlándose de las posturas raritas de Lana (#awkwardisthenewsexy) o compartiendo al perro que la odia en secreto. “Ser modelo es algo más superficial, así que es genial poder crear tu propio contenido”, explica Madison, que dejó su trabajo de ocho horas en marketing para ganarse la vida delante de la cámara. “Tenemos horarios más flexibles y eso nos permite poder dedicarle una tarde entera a escribir y preparar el siguiente vídeo”. Una de sus sesiones fotográficas habituales es probándose trajes de novia, así que es muy normal que sus compañeras le pregunten con quién se ha casado esa semana.

Tanto ella como Lana se graduaron en Comunicación Audiovisual y Periodismo, aunque Lana es la única que compagina ambos mundos, es reportera y realiza entrevistas en la televisión australiana.

La única que no vive exclusivamente de su trabajo como modelo es Shae-Lee. Esta productora y actriz ha dirigido un par de cortometrajes (The Anti Social Network tiene medio millón de visionados) y su experiencia en rodajes se nota: si pudieron colocar el iPhone en el salpicadero del coche para lograr el encuadre perfecto fue gracias a su resolutivo apaño de aguantar el teléfono con un sujetador y cinta adhesiva. “Es superestable”, recomienda.

Otros de sus vídeos tienen una factura más profesional, como el de la fan de Ryan Gosling o el del Club de la Lucha para chicas . “Conocemos a muchos fotógrafos, realizadores, editores y maquilladores. Nos ayudan un montón porque creen en el proyecto”, explica Madison.

Uno de esos vídeos es la parodia de anuncio de teletienda. Con el típico tono sobreactuado de La Tienda en Casa, Shae-Lee presenta un revolucionario producto que impide que una pueda ponerse ciega a chupitos y acabar acostándose con un desconocido. El producto es un cuello isabelino como el que le colocan a los perros después de una operación quirúrjica para que no se rasquen y se llama “Slutguard” (protegefurcias). Uno de los testimonios de ese falso anuncio dice: “Yo solía acostarme con cuatro tíos a la semana, pero desde que uso Slutguard no he visto un pene en 30 días. ¡Gracias, Slutguard”. “Todas hemos pasado de jóvenes por una etapa así”, reconoce entre risas Shae-Lee, que fue en persona al veterinario a buscar los conos de plástico. “Me preguntaron que de cómo de grande era el perro y yo les dije que el collar era para mí. Estuve un rato probándome varios y al final me llevé los de tamaño chihuaha y golden retriever”.

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