Moccia: el autor capaz de hacer caer puentes centenarios llegó a la FUL 2015 como rockstar #3msc

* “Recordé lo que contestó Scott Fitzgerald a un escritor en ciernes cuando éste le preguntó qué se necesitaba para escribir y le respondió: ‘escribe de lo que conoces’. Entonces, yo pensé: pues yo lo único que sé es mi historia y de eso escribí”

Pachuca de Soto, Hgo.- En el marco de la Feria Universitaria del Libro 2015, considerada entre las más importantes de nuestro país y con visibilidad internacional, realizada y organizada gracias al Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y bajo el emblema de Conaculta, el autor de best sellers de amor juvenil de mayor éxito en los últimos diez años y cuya obra Grupo Planeta editó en español en 2008, hizo su arribo seguido de un estruendoso coro juvenil que lo aclamaba gracias a un hashtag muy viralizado en redes sociales: #3MSC.

La afamada historia comienza con una desilusión amorosa que Federico Moccia, un italiano, ahora de 52 años, sufrió durante su juventud. Entonces, para sublimar ese dolor escribió una novela, misma que no tuvo suerte en ver publicada, aunque anduvo de puerta en puerta y de editorial en editorial. Fue hasta 1992 cuando finalmente el novel escritor pudo pagar la edición bajo el sello Il Ventaglio de su primera obra de trayectoria espectacular: “Tres metros sobre el cielo”.

Antes de eso, el joven Moccia había entrenado su brazo siendo ayudante de su padre, quien era un atareado guionista de cine, Giusseppe Moccia. A los 19 años, el joven Federico ya tenía su primer guión completo para la película “Attila flagello di Dio (Atila, el flagelo de Dios)”, un filme considerado en su época “cine basura”, que después se convirtió en cine de culto, con gran éxito de ventas en formatos de video. Parecía que el futuro novelista traía la estrella del éxito que entonces no podía prever.

Al cabo de cinco años más tarde se convirtió en realizador de su primer filme, “Palla al centro”, que pasó sin pena ni gloria. Este otro desencanto lo llevó a dedicarse de lleno a lo que se convertiría en su subida al Olimpo de los autores más leídos de los últimos años como narrador de historias amorosas de jóvenes, aunque en los 90 aún no podía saberlo. Como su novela no daba visos de generar utilidades, siguió calentando brazo.

En 1996 insistió nuevamente en el cine y realizó la película “Classe mista 3A”, aunque también prosiguió con el guionismo para la televisión en busca de dinero para sobrevivir, mientras su novela seguía viviendo su propia historia. Fue hasta 2004, doce años más tarde de haber visto la luz, cuando “Tres metros sobre el cielo” se reeditó y sólo hasta entonces logró convertirse en todo un suceso de ventas: fue llevada a la pantalla cinematográfica, recibió varios premios, se tradujo a varios idiomas y fue publicada en toda Europa, Brasil y Japón.

Moccia, ya con ese estimulante aunque tardío éxito, publicó en 2006 “Tengo ganas de ti (Ho Voglia di Te)”, secuela de “Tres metros sobre el cielo” y esta segunda novela también fue adaptada al cine. Algo similar ocurrió con “Perdona si te llamo amor (Scusa ma Ti Chiamo Amore) ”, (2007), que también tuvo derivación en “Perdona pero quiero casarme contigo (2009) (Scusa ma Ti Voglio Sposare) ”, cuyo estreno en la pantalla ocurrió en 2010.

Durante este proceso de “el fenómeno Moccia” que se arrancó en 2004, la obra del novelista comenzó a convertirse en trend topic en las redes sociales y a viralizarse el hashtag #3MSC

Moccia el autor capaz de hacer caer puentes centenarios llegó a la FUL 2015  1Así que capitalizó muy bien el desengaño amoroso que sufrió; lo hizo volcar en una historia que se ha convertido en éxito de ventas, en dos películas y ha trascendido a una modificación social entre los enamorados en Europa, y se ha convertido en un trending topic en las redes sociales como #3MSC. Y los jóvenes amaron su obra, y tiene 152 K followers: un suceso impresionante.

Editorial Planeta reeditó al español en 2008 “A tres metros sobre el cielo” (así la tituló) bajo el sello de Planeta Joven, en una edición tal que a pesar de ser más voluminosa que la “Divina Comedia” de Dante Alighieri, es transportada y leída por un gran número de lectores adolescentes, a pesar de sus 408 páginas y su más de un cuarto de kilogramo de peso.

La otra consecuencia que ha provocado en muchos lugares del mundo, sobre todo en la capital italiana, Roma, es la moda de colgar candados rotulados con el nombre de los enamorados como símbolo de su amor, en imitación a lo que sucede con los personajes de “Tengo ganas de ti”.

Esta curiosidad se propagó por Europa y ya ha generado perjuicios arquitectónicos y modificaciones en la infraestructura de varias ciudades por daños en varios puentes emblemáticos de Europa, como sucedió en el Puente de las Artes, sobre el río Sena, en París, cuando más de 700 mil candados llegaron a poner en riesgo el puente mismo, y el gobierno tuvo que quitarlos en mayo de este año, pues las autoridades parisinas declararon esta práctica como una “violación contra la protección del patrimonio de la ciudad”.

En Roma, ya el peso de tantos candados hizo que un farol del puente Milvio se desprendiera, obligando al alcalde a colocar refuerzos en el mismo. Hoy día un edicto prohíbe colgar candados del puente. España no ha sido inmune al fenómeno #3MSC, pues el puente de Triana en Sevilla tiene tantas cerraduras que las autoridades ya están tomando medidas pues temen que el puente no pueda soportar más peso. También ha cundido la costumbre en los puentes de Badajoz, colindante con Portugal.

Los candados que han aparecido en muchas ciudades del mundo, ya fueron noticia en la BBC de Londres, que hizo notar su aparición en varios puentes ingleses y también en algunos de ciudades estadunidenses e, informó que también han surgido sitios en internet que sugieren lugares donde colocar candados en Amsterdan, Chicago, Nueva York, Praga, Roma, Sidney y otros sitios del Reino Unido.

Ya con todo ese furor, el escritor italiano, durante su presentación en la FUL 2015 mostró una gran disposición a comunicarse con los jóvenes que prácticamente abarrotaron los pasillos del Polideportivo Carlos Martínez Balmori y el vestíbulo del auditorio Josefina García Quintanar, amén de que solicitaban su traductor simultáneo; más de 400 jóvenes sentados querían el autógrafo en alguna de las novelas de Federico Moccia, quien, ya en la presentación de su obra que comienza con “Tres metros sobre el cielo” y su secuela, contó una gran suma de anécdotas respecto a cómo fue su conexión con los muchachos a partir de la identificación que logró con el relato de esa historia de su desventurado amor juvenil.

Las preguntas de los jóvenes versaron sobre los destinos que debía correr Bibi (personaje principal femenino de “Tres metros sobre el cielo”) y sobre los puntos de vista del amor que el escritor italiano tenía al respecto. Hubo el reproche de una chica sobre el por qué en “Tengo ganas de ti”, la historia era más física que romántica. El escritor le respondió: “¿Sexual, quieres decir? Porque es lo que pasó y pasa en la vida real, a medida que se crece se toman decisiones con respecto a cómo se resuelve el sentimiento amoroso y la novela muestra dos vertientes, la correcta y la incorrecta y sus consecuencias; y es eso que cuando somos jóvenes a veces no queremos ver porque el sentimiento y el deseo se vuelven intensos y después podemos salir muy lastimados o con la vida trastocada. Y pasa, pero a fin de cuentas, el amor resuelve casi todos los problemas del mundo, creo yo”.

También confesó que él no escribió su primera historia pensando en las consecuencias: “sólo quería escribir, y recordé lo que contestó, hace muchos años, Scott Fitzgerald cuando durante la presentación de la novela de aquel escritor norteamericano de ‘A este lado del paraíso’, un escritor en ciernes le preguntó qué se necesitaba para escribir y Fitzgerald le respondió: ‘escribe de lo que conoces’. Entonces, yo pensé: pues yo lo único que sé es mi historia y de eso escribí”.

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