Las dos caras de la migración en México

Por Ana Luisa Guerrero

CDMX.- La migración en México tiene dos caras: al sur los ríos Suchiate y Usumacinta marcan el límite con Guatemala; al norte, el río Bravo y el muro fronterizo son la línea divisoria con Estados Unidos.

Este fenómeno en constante flujo muestra diversas facetas en el tiempo y el espacio. Para analizarlas desde una perspectiva académica, investigadores de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) recopilaron datos sociodemográficos, geográficos, de procesos migratorios y sobre la situación laboral de las personas que atraviesan por esas zonas, que han sido levantados por las Encuestas sobre Migración en las Fronteras Norte y Sur de México (Emif) que se realizan de manera trimestral.

Los doctores Melissa Ley Cervantes y Jesús Peña Muñoz, académicos del Departamento de Estudios de Población del Colef, conformaron el informe 20 temas actuales y relevantes sobre la migración en México, que presenta las particularidades en ambas líneas divisorias y los cambios que han tenido con el tiempo.

Se integró dado el interés al fenómeno migratorio en la coyuntura de la visita papal a México, con el propósito de difundir lo que permea en esos territorios, detalla la doctora Ley Cervantes a la Agencia Informativa Conacyt.

“Las encuestas que se aplican contienen muchos temas, por lo que en el informe identificamos las variables que podrían resultar relevantes y llamativas, porque muchas veces presentas datos que fuera de un contexto especializado no se entienden”, destaca.

Doctora en antropología social por la Universidad Autónoma de Madrid, Ley Cervantes explica que el fenómeno ha cambiado a partir de 2014 con la aplicación de una política migratoria diferente en nuestro país, que repercute en el incremento en la deportación de migrantes provenientes de Centroamérica.

No obstante, aclara, la migración no solo es responsabilidad de los países de tránsito y destino, pues también están involucrados los gobiernos de las naciones de origen, más allá del apoyo y asistencia consular que brinden a las personas que son deportadas.

 

Al norte, los mexicanos

En el caso de la frontera norte, el doctor Jesús Peña Muñoz fue el responsable de dilucidar los diez temas que se plantean en el informe con el propósito de poner en contexto los cambios representados en áreas como volumen y características de la migración mexicana que llega a esa región, ya sea para quedarse en las ciudades fronterizas o en su camino hacia Estados Unidos.

frontera mexico usa alfonso caraveo
Frontera México-Estados Unidos. Créditos: Alfonso Caraveo/Colef.
De ahí que destaca las variaciones en el flujo con la disminución de migrantes mexicanos a Estados Unidos, pues en 2014 se registró el flujo más bajo desde 2004. Entre julio y septiembre de 2015 hubo niveles aún más bajos que los registrados en trimestres anteriores.

Las dos caras de la migración en México 1Esta tendencia también se observa con la migración que proviene del sur de México para establecerse en ciudades fronterizas.

“En general, menos mexicanos están viajando al norte de México para trabajar o eventualmente cruzar hacia Estados Unidos”, detalla el informe.

Algo parecido sucede con las deportaciones, ya que en los últimos diez años estas alcanzaron un punto máximo en 2007, con 573 eventos; y para 2014 la cifra descendió más de la mitad.

Por otra parte, los datos muestran que el número de connacionales que ingresan a Estados Unidos con documentos de migración es casi similar a quienes carecen de ellos. Desde el 2010, los migrantes con intención de entrar a territorio estadounidense “con papeles” supera el 40 por ciento.

Los resultados de la Emif Norte revelan que desde hace 15 años ha crecido la presencia de mujeres en los flujos migratorios. Los mayores aumentos porcentuales desde el año 2000 se registran en aquellos que se originan en el sur del país con destino a ciudades fronterizas mexicanas o a Estados Unidos.

En tanto, se ha detectado una reducción de los abusos a los derechos humanos a los deportados, pero un incremento en el decomiso de pertenencias. En 2008, a 5.3 por ciento de los deportados se le retiró alguna de las pertenencias; para 2014 ese porcentaje subió a 24.7 por ciento.

Las encuestas revelan que los tiempos de estancia en el vecino país han aumentado notablemente, representando 70 por ciento aquellas de tres o más años. Entre 2010 y 2014, 85 por ciento de los deportados mexicanos tenía más de tres años de vivir en Estados Unidos.

Mientras que los destinos declarados son diversos y no solo se limitan a estados de la frontera, California se mantiene desde 2012 como el principal destino, en tanto que Texas y Nuevo México representan 29.1 por ciento, aunque también destaca 33.3 por ciento de migrantes que dice no tener un destino de llegada, según los datos de la Emif Norte 2015.

Los migrantes que se emplean en las ciudades fronterizas lo hacen en el sector terciario o de servicios, según los datos de la encuesta en el periodo de 2012 y 2015; los correspondientes al comercio y agropecuario disminuyeron, en tanto que menos de 16 por ciento correspondió al sector manufacturero.

Finalmente, el informe indica que la separación familiar aumenta como uno de los retos que enfrentan los deportados, pues desde 2010 se ha reportado que más de la mitad de estas personas dejan hijos en Estados Unidos.

 

Al sur, los centroamericanos

El panorama al sur tiene características distintas. La compilación sobre esta región la realizó la doctora Melissa Ley, quien estudia las situaciones que ahí se generan.

Según los datos de la encuesta, en México ha crecido el número de deportaciones de migrantes provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador. Entre abril y junio de 2015 se alcanzó un máximo en el periodo analizado con 33 mil 987 deportaciones. Esta cifra muestra el incremento si se compara con las deportaciones entre 2012 y 2014 que correspondieron a 152 mil 573.

En ese sentido puede observarse que México supera a Estados Unidos en las deportaciones de migrantes centroamericanos; pues según las encuestas entre octubre de 2014 y septiembre de 2015 se registraron 126 mil 23 deportaciones en nuestro país en contraste con las 106 mil 738 realizadas por el país vecino del norte.

Bajo esa lógica, en Estados Unidos disminuyeron las deportaciones de migrantes centroamericanos, pues entre enero y marzo de 2015 solo hubo 16 mil 602 actos, una cifra menor a las 34 mil 295 registradas entre abril y junio de 2014.

De acuerdo con el informe, México ya no solo es país de tránsito sino que van en ascenso los casos que lo declaran como destino. En 2011 se registró 70 por ciento de migrantes guatemaltecos que decían tener como destino final Estados Unidos, y dos años después 48 por ciento declaró su intención de quedarse en nuestro territorio.

Los datos también destacan que cada vez son más las migraciones por razones de seguridad, aunque todavía privan las económicas.

“De las tres nacionalidades analizadas, los salvadoreños son quienes más reportan haber salido por motivos de violencia o inseguridad en su lugar de origen. Mientras que en 2014, 24 por ciento declaró este motivo; en los primeros nueve meses de 2015 ese porcentaje ascendió a 28 por ciento. En el caso de Honduras pasó de cuatro por ciento en 2014 a nueve por ciento entre enero y septiembre de 2015”, detalla el informe.

Un dato interesante es que cada vez es mayor el número de deportaciones de mujeres. En 2013 hubo once mil 129 deportaciones y en 2014 la cifra aumentó a 18 mil 637; mientras que entre enero y septiembre de 2015 hubo 20 mil 85 eventos de féminas desde México hacia Guatemala, Honduras y El Salvador. El mayor incremento ocurrió entre las guatemaltecas que casi duplicaron la cifra entre 2013 y 2014.

Además, en el territorio sur es peculiar que las casas de migrantes y los albergues son quienes más ayuda proporcionan a migrantes centroamericanos. De acuerdo con la Emif, a estos centros se les atribuyó 76 por ciento de la asistencia entre enero y septiembre de 2015, mientras que los Grupos Beta (creados por el Instituto Nacional de Migración para salvaguardar los derechos humanos de los migrantes) solo otorgaron nueve por ciento. La tendencia solo cambió entre 2013 y 2014, cuando se instauraron dichos grupos, alcanzando 50 por ciento.

Las cifras revelan que aunque hubo un incremento gradual en la ayuda entre 2010 y 2014, esta es insuficiente para atender la demanda. “Los datos de los primeros nueve meses de 2015 indican que es posible que estas cifras se mantengan o incluso aumenten ligeramente, si se piensa que durante los últimos meses del año este tipo de ayudas suele aumentar”, relata el informe.

Finalmente, el informe 20 temas actuales y relevantes sobre la migración en México resalta que desde 2014 ha aumentado la asistencia consular de los países de origen a los migrantes detenidos y deportados por autoridades mexicanas, un aspecto positivo, pues a decir de la doctora Ley: “La protección de los derechos es una responsabilidad compartida entre los países de origen, tránsito y destino”.

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