La pobreza mata: se puede morir solo a las puertas de la iglesia con la lluvia sobre el rostro

*Un hombre no identificado que vivía en situación de calle murió en la puerta de Santo Domingo de Guzmán, como si buscara refugio de la tempestad que azotó la ciudad en días pasados o como si buscara a Dios en ese templo escenario privilegiado de las bodas de la “alta sociedad” emblema del turismo y la riqueza

Ernestina Gaitán Cruz

Oaxaca de Juárez, Oaxaca, 12 de septiembre de 2022.- Un hombre en situación de calle murió a las puertas del templo de Santo Domingo de Guzmán. Su cuerpo fue invisible hasta que el párroco salió a bendecirlo para que se lo llevaran, pues celebraría una misa de cuerpo presente y los deudos llegaban.

Quedó tendido, con la cara hacia el cielo, en la escalinata a las puertas del templo, después o durante una noche y madrugada de lluvias intensas, la lluvia acumulada más alta en lo que va del año. Las fotografías, mostraban a sus pies dos bolsas de plástico, una café transparente y otra negra, con sus pertenencias

La mañana del viernes 9 de septiembre fue “descubierto” con el brazo derecho colgado sobre un escalón, por cobijo solo la ropa puesta. No se supo su nombre ni entre otras personas que igual viven en situación de calle. Y hasta el domingo 11 de septiembre, nadie había reclamado su cuerpo para darle “cristiana sepultura”.

La funeraria del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) institución pública encargada de dirigir la asistencia social, solo puede proporcionar de forma gratuita el funeral. El ataúd y la embalsamada se cobra aparte, porque dicen que carecen de presupuesto para ello.

VISIBLE EN LAS REDES SOCIALES

Al ver las fotografías tomadas por el fotorreportero Jorge Luis Plata, un usuario dijo “si ese cuate hubiera sido un perro, a lo mejor le va mejor”. Otras personas comentaron la falta de empatía, la falta de amor al prójimo y que murió a las puertas de una iglesia cerrada. Y sobre la bendición del párroco, dijeron “ya para qué le da la bendición, Mejor le hubiera dado un lugar para resguardarse del frío”.

Las condiciones meteorológicas de esas horas fueron singulares. Entre las 12 de la noche del jueves 8 y las 3 de la madrugada del viernes 9, se registró la lluvia más intensa. Fue de 43.7 milímetros, equivalente a vaciar 43 litros o 44 por metro cuadrado. “Ha sido la lluvia acumulada más alta en lo que va del año”, informó el meteorólogo de Protección Civil, el ingeniero Cutberto Ruiz Jarquín

“En cuanto a temperaturas, entre las 6:00 a 7:00 de la mañana de ese viernes 9, fue de 17.5 grados. La temperatura máxima el día interior había sido de 25.5, poco baja en comparación con los anteriores días tomando en cuenta que estamos en pleno verano. Traíamos máximas entre 28 a 30. Bajó porque hubo mucha nubosidad, poca radiación solar y con la lluvia refrescó más”.

Murió un hombre “en situación de calle”, uno de los habitantes invisibles de todas las ciudades del mundo. Su posesión ultima, como muchos en su misma situación, fueron unas bolsas de plástico que dejó a sus pies. Quizá sintió sobre su rostro la lluvia pertinaz o quizá esta lo acarició mientras solo, durmió para siempre.

LAS FOTOGRAFÍAS QUE HICIERON VISIBLE A QUIEN POCOS VIERON EN VIDA.

Jorge Luis Plata, fotógrafo de la vida cotidiana, Premio Estatal de Periodismo 2005 y primer premio del concurso Visa pour l’Image en Perpignan Francia, tomó las fotografías que se difundieron de manera amplia en las redes sociales.

Cuando llegó al lugar, la zona ya estaba acordonada. Se enteró del cuerpo tendido afuera de la iglesia. Y al acercarse, le desconcertó ver que todo parecía “normal”: la gente hacía sus actividades cotidianas; los niños realizaban los ensayos para el desfile del 15 de septiembre, mientras los extranjeros güeros corrían o trotaban por las calles cercanas y alrededor del lugar.

Solo un fotógrafo de San Francisco, California, quiso franquear el acordonado al decir que era periodista extranjero y tenía derecho a pasar para realizar su trabajo. Pero tampoco lo dejaron acercarse más.

Ahí estaban a la espera de que saliera el párroco. Supusieron que ofrecería un rezo y lo vieron darle la bendición, acompañado por los fervientes católicos que todas las mañanas acuden a la misa y rezan por el bien de la comunidad.

ernestina.gaitan@gmail.com

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