La mexicana Torres-Peimbert presidirá la Unión Astronómica Internacional

*”La investigación científica satisface la curiosidad de algunos, pero desarrolla tecnología para todos”, dice la astrónoma de la UNAM

Su pasión llegó por casualidad. Silvia Torres-Peimbert, de 75 años, ha dedicado casi medio siglo de su vida al estudio de la astronomía. Pero no fue hasta que entró a una clase relacionada con el universo, mientras estudiaba física en la Universidad Nacional de México (UNAM), que supo que quería pasar el resto de sus días viendo a las estrellas. Y acertó. La doctora por la Universidad de Berkeley, presidirá la Unión Astronómica Internacional (UAI) desde el próximo 14 de agosto.

Torres-Peimbert será la primera mexicana en presidir esta agrupación con sede en París, la segunda persona latinoamericana y la segunda mujer que accede a la presidencia de la UAI. El puesto tiene una duración de tres años y es de carácter honorífico, es decir, no recibirá salario por estar al mando. “Desde que descubrí la astronomía, me fascinó, me llenó y desde entonces no me he alejado de esta ciencia”, cuenta esta investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la UNAM.

Desde que descubrí la astronomía, me fascinó, me llenó y desde entonces no me he alejado
Dentro de sus nuevas tareas está la organización del congreso internacional que se realiza cada tres años, alrededor de unos nueve simposios temáticos al año, fortalecer la astronomía en todos los niveles y en todos los países y que promover una mayor participación de mujeres en los distintas actividades astronómicas. Además, la UAI, creada en 1919, se encarga de coordinar y acordar con los distintas astrónomos una serie de nomenclaturas para que todos los científicos hablen el mismo idioma, con las mismas unidades y criterios. Este órgano también interviene en la definición de los nombres de los planetas y demás cuerpos celestes.

La nueva presidenta de la UAI, casada con el también reconocido astrónomo Manuel Peimbert, ha centrado su exitosa trayectoria en las nebulosas gaseosas, la materia arrojada por las estrellas al final de su vida. “Mientras los gases están cercanos a las estrellas calientes, brillan y nos permiten hacer estudios muy detallados de su composición química, presión, temperatura, y movimientos así nos indican cuáles son las características de la estrella de la que provienen o de las estrellas recién formadas que las iluminan. Son huellas del pasado de nuestra galaxia y de otras galaxias”, explica con paciencia la científica multipremiada.

Con frecuencia se escuchan las críticas de aquellos que opinan que la inversión que corresponde a la astronomía es desmesurada habiendo tanta miseria en la Tierra. Torres-Peimbert, sin embargo, lo tiene claro: “La investigación científica satisface la curiosidad de algunos, pero además desarrolla conocimientos y tecnología que se vuelve útil y a veces indispensable en aspectos prácticos de las personas”. La doctora ejemplifica su afirmación con la invención del Wi-Fi: “Esa red inalámbrica la desarrollaron astrónomos australianos nada más porque necesitaban comunicarse rápidamente. Y así existen varios ejemplos”.

Conforme se van revelando ciertos secretos aparecen nuevos dilemas y problemas que hay que atender
Torres-Peimbert afirma tener la impresión de que nunca llegaremos a conocer todo el universo. “Conforme se van revelando ciertos secretos aparecen nuevos dilemas y problemas que hay que atender. No creo que en algún punto consigamos cerrar todas las preguntas”. La doctora coincide con su paisano el doctor Rafael Navarro, miembro del equipo de la NASA que envió el robot Curiosity a Marte, en que veremos la llegada del hombre al planeta rojo. Asegura que se debe seguir impulsando a los jóvenes para que se adentren en esta ciencia. “En México la astronomía es muy seria y muy buena, aunque nos faltan instrumentos de mayor envergadura”. La UAI agrupa a unos 11.000 especialistas de más de 90 países de los cuales 125 son mexicanos.

Si se busca el nombre de Torres-Peimbert en Internet es fácil encontrar que se le aplaude por ser la primera mexicana en obtener un doctorado en esta materia, sin embargo, ella corrige esta afirmación: “Antes de mí estaba Paris Pishmish, ella nació en Estambul y llegó a México en 1942. Fue maestra de todos nosotros. No sé cómo se difundió en las redes que yo era la primera, pero una vez que la información está en las redes sociales es imposible corregirlo”. Pishmish se casó con el matemático mexicano Félix Recillas y así obtuvo la nacionalidad. Sin embargo, y a pesar de la modestia de la científica, Torres-Peimbert es la primera mujer nacida en México en conseguir un doctorado en astronomía.

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