La existencia digital de las personas está en constante riesgo: Areli Rojo

*La académica de la UAM participó en el segundo Coloquio de Tendencias Tecnológicas en Seguridad

María Teresa Cedillo Nolasco

La banca en línea, el control de la energía eléctrica, motores de búsqueda de información, asistentes virtuales y redes sociales son ejemplos de la dependencia de los ciudadanos respecto de la tecnología digital y de que con ella surge la necesidad imperante de proteger la información personal y los activos digitales, advirtió la doctora Areli Rojo Hernández, jefa del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Durante el segundo Coloquio de Tendencias Tecnológicas en Seguridad, en esta ocasión con el tema de Ciberseguridad, la investigadora de la Unidad Cuajimalpa de la Institución señaló que ésta se ha convertido en un pilar fundamental para garantizar la estabilidad, la privacidad y la seguridad de individuos, empresas y gobiernos. “No se trata sólo de salvaguardar contra ataques de virus informáticos, sino que abarca aspectos centrales de nuestras vidas cotidianas”.

Desde la información financiera hasta los registros médicos y desde la propiedad intelectual de las empresas hasta los secretos gubernamentales, “nuestra existencia digital está en constante riesgo, pues la pérdida del acceso a información o accesos no autorizados, el robo de identidad, entre otros, pueden tener consecuencias devastadoras para la vida de las personas y el funcionamiento de las instituciones.

Agregó que la ciberseguridad desempeña un papel crucial en la confianza en la tecnología, pues si la gente no cree que sus datos personales están seguros en línea, es probable que se abstenga de usar estos servicios digitales y adopten otras tecnologías, lo que podría frenar el progreso que la vertiente digital ofrece, limitando el potencial de mejora en diversas áreas, que van desde la atención médica hasta la educación y en la vida cotidiana en general.

En el plano global, las naciones están trabajando arduamente para fortalecer sus defensas cibernéticas con el fin de resguardar sus activos digitales y en ese contexto, la colaboración internacional es esencial para garantizar un entorno digital seguro y estable para todos; por lo tanto, invertir y trabajar en la seguridad no sólo es una cuestión de adoptar medidas preventivas, sino que debe ser una estrategia inteligente y necesaria.

La profesora enfatizó que “la importancia de la ciberseguridad en nuestras sociedades no puede considerarse exagerada, cuando es un elemento crucial para preservar privacidad, confianza y, en general, la integridad en nuestras vidas digitales”. Individuos, empresas o gobiernos deben procurar que sus interacciones en línea sean seguras y aprovechar todas las herramientas y oportunidades que la tecnología les brinda.

Al inaugurar el coloquio, el maestro Octavio Mercado González, rector de la Unidad Cuajimalpa, subrayó que la ciberseguridad, como un conocimiento que los alumnos deben tener vinculado con la toma de decisiones sobre ciertas prácticas relacionadas con el uso de cierto software y hardware, apuntala su formación académica, ya sea como tecnólogos de la información, ingenieros en computación o matemáticos.

Como usuarios de las tecnologías “tenemos otro tipo de interacciones donde hay ciertas prácticas y límites que debemos cuidar para podernos proteger”, porque sobre todo en el uso de las redes sociales “hay muchas cosas que pueden ser constitutivas de delitos que a veces se pueden minimizar y pensar que es un bullying de menor dimensión, pero que la normatividad declara como algo que debe ser sancionado dentro o fuera de la universidad”.

Al impartir la conferencia inaugural del coloquio, Eduardo Portillo Montalvo, oficial de la Policía Cibernética de la Ciudad de México, indicó que en la metrópoli “no hay ninguna ley que regule lo que pasa por internet”, por lo que la autoridad “trata de encuadrar el delito en algo que ya esté escrito”.

La Policía cibernética de la Ciudad de México adscrita a Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, es el sitio al que deben dirigirse las denuncias de carácter cibernético, donde las principales víctimas son niños y adolescentes, “porque creen todo lo que ven en internet y los adultos mayores porque ya no se relacionan mucho con la tecnología” y, por tanto, son más indefensos.

Respecto de los niños consideró que hoy un gran número de ellos, que apenas cursan la primaria, tiene redes sociales “y no deberían tenerlas”, porque se vuelven vulnerables a delitos de distinta índole y, además, la edad recomendada para acceder a ellas son los 13 años, apuntó.

Los principales delitos que se cometen en la metrópoli son el robo de identidad, la extorsión, el acoso a menores, el sexting, el ciberbullying y el fraude en numerosas modalidades, que es el de mayor frecuencia con un 60 por ciento de los casos.

Luego de comentar que la capital del país es pionera en contar con una unidad de policía cibernética, dijo que muchos estados del país no tienen una entidad de este tipo, por lo que es necesario trabajar en esa dirección.

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