La compra del voto, una y mil historias

Roberto López Rosado*
Oaxaca, 20 de abril.- El próximo 7 de junio los mexicanos y mexicanas –dicen los promocionales del Instituto Nacional Electoral; los de los institutos estatales y el de los propios partidos políticos- deben a ir ejercer su derecho al voto. Según el diccionario, votar es cuando una persona aprueba o desaprueba una cosa a través del voto, dicho de otra manera, es someter una decisión a través del voto. En este caso, ese día los ciudadanos de este país podremos decidir quién debe ser nuestro representante en el Congreso federal y/o estatal; Presidente Municipal o nuestro gobernador, según el tipo de elección.
Se dice que en México vivimos en una democracia. Pero me pregunto: ¿realmente vivimos en una democracia? Muchos dicen que sí porque los ciudadanos pueden, a través del voto, elegir a un diputado o diputada, por ejemplo. Pero realmente ¿es a través del voto como se elige a un represente popular?
En nuestro país la historia nos recuerda cómo los hombres del poder han encontrado una y mil formas para manipular el sufragio ciudadano. Enumero una lista que conocí del INACIPE. Un catálogo –como este instituto lo llama de “conductas electorales”: “acarreo de votantes, mostrar boletas fuera de las mamparas, comprobar el voto mediante un acuerdo verbal; a través de la´cargada´”
Se suman a este catálogo, “votantes fantasmas; hacer votar a los muertos, votación de electores sin credencial o con copia de la misma; voto corporativo; expulsión de simpatizantes de otros partidos; ´carrusel´; obstruir a quien se presume votará por un candidato opositor”.
Pero en esta materia, los “mapeches” electorales, cuyo nombre se les atribuye a los priísitas, han sabido “modernizarse”, falta más. Tan sólo en las elecciones presidenciales pasadas, el PRI utilizó las famosas tarjetas Monex o las Soriana. El INACIPE debería actualizar su catálogo de esta versión innovadora de las tarjetas y agregarlas a su larga lista, lo mismo que las del Tarjetas “Premium de Descuento”, del Partido Verde.
Todos recordamos que el PRI junto con el Verde, entregó por miles, tal vez por millones los plásticos de Soriana y Monex, que le permitía a la gente sacar dinero de cajeros o comprar en las tiendas Soriana, particularmente a los más pobres, a los más necesitados. El resultado de la investigación ya lo he comentado aquí. Ambos partidos salieron exonerados, digo yo resguardados.
La historia de la compra y coacción del voto en nuestro país es larga, es triste y muy vergonzosa, pero a pesar de todas las medidas que la nueva ley electoral dicta en contra de esta práctica detestable ésta continúa, particularmente donde la gente tiene fuertes carencias como es mi estado, Oaxaca, que está dentro de las tres entidades más pobres del país, donde a pesar de que el gobierno de Gabino Cué a ha tenido importantes logros en favor de la población oaxaqueña,l lamentablemente, sigue siendo la pobreza un problema preocupante.
Ya lo decía arriba, espero que por fortuna, hoy las cosas cambien a partir de las nuevas medidas que marca la nueva ley federal electoral. Sin embargo la realidad es otra. Como decía, por fortuna, grupos de la sociedad civil están vigilantes para tratar de evitar fraudes electorales como está registrado en la historia a pesar de que los actores principales de esos atracos a la nación aseguran que no fue así y que ganaron limpiamente.
Traigo esto a colación porque en estos días nos hemos enterado que el PRI apoyado de la estructura del gobierno, en particular de la Secretaría de Desarrollo Social, ha encontrado una forma “distinta”, “moderna” de compra del voto aquí en Oaxaca. Ya no a través de las tarjetas Monex o Soriana, porque ese sistema ya se conoce, “está quemado”. Su investigación permitió desnudar el cómo Enrique Peña Nieto pudo llegar a la Presidencia de la República, “a base de tarjetazos”; y si ganó, no fue porque los ciudadanos hayan votado por su libre albedrío y decisión, sino porque su voto le fue comprado.
En estos días en distintas zonas de Oaxaca, nos hemos enterado que grupos cercanos al PRI han empezado a entregar entre la población en edad de votar un papel con el logotipo de la Secretaría de Desarrollo Social de la Subsecretaría General de Atención a Grupos Prioritarios, en particular del Programa “Empleo Temporal” que dice: “Formato de Solidaridad”. Esta hoja un folio con una letra “B” seguido de un número.
Evidentemente este papel no es una prueba, sí, pero funciona como “vale” o “contraseña”. Quien lo lleva, se puede presentar a una sucursal de Banorte o del Bansefi, este último, es un sistema de ahorro y crédito popular que ofrece servicios financieros en lugares y a personas de bajos recursos, donde les es entregado dinero, cuyos montos van de mil 300 a más de dos mil pesos, pero también en casas, de manera soterrada para que no podamos presentar pruebas.
Por cierto, apenas el 4 de febrero pasado, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, presentó a Alejandra del Moralcomo nueva directora general de Bansefi, quien pidió licencia como diputada federal mexiquense de la actual LXII legislatura y muy cercana a Peña Nieto para asumir el cargo de esta institución donde se están canjeando esos formatos de “Empleo Temporal” que el INACIPE debe sumar a su largo catálogo en el que se encuentra también el de “condicionamiento”, “inducción”, “coacción”. Esta nueva variante de compra de voto a través de una contraseña, es una más de las mil una historias que niegan a la democracia mexicana.
*Diputado Federal del PRD por Oaxaca

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