Extinciones, dinosaurios y meteoritos en Domingos en la Ciencia

Ciudad de México 16 de noviembre de 2017.- Hace alrededor de 66 millones de años, entre los periodos Cretácico y Terciario, sucedió un cambio sustancial en la flora y fauna de los ecosistemas. El suceso provocó la extinción de grupos enteros de organismos vegetales y animales, incluyendo a los dinosaurios. Al respecto, han surgido diferentes debates científicos referentes a la extinción de los organismos en ese periodo. Una de las teorías más aceptadas, es la que explica que la extinción masiva fue provocada por el choque de un asteroide en la península de Yucatán, en México, en un sitio conocido como el cráter Chicxulub.

“Algo muy importante que hay que saber es que no solo desaparecieron los dinosaurios sino también organismos microscópicos como el plancton, otro tipo de invertebrados llamados rudistas, parientes del pulpo y el calamar llamados amonites, y muchos grupos más”, afirmó el doctor Francisco Javier Vega Vera en la conferencia que formó parte del ciclo Domingos en la Ciencia, realizada en Universum, Museo de las Ciencias.

El doctor Francisco J. Vega Vera realizó estudios de licenciatura y posgrado en la UNAM, recibiendo en 1988 el grado de Doctor en Ciencias (Biología). En 1987 se incorporó al Instituto de Geología. Su principal línea de investigación es el estudio de los crustáceos fósiles, contando en la actualidad con cerca de 100 publicaciones en revistas de circulación internacional.

Vega Vera habló acerca de los organismos que habitaban en ese periodo, incluyendo especies vegetales, plesiosaurios, mosasaurios, ictiosaurios, y dinosaurios terrestres; resaltando sus características morfológicas y su posible origen en la filogenia. Además, abrió el debate acerca de la extinción masiva que pudo ser consecuencia del choque del meteorito, exponiendo las principales evidencias que se tienen hasta el momento.

Una extinción de película

La extinción ocurrió a finales del periodo Cretácico, provocando la desaparición de 70 por ciento de las especies del planeta. Existen varias teorías al respecto, pero la que tiene mayor evidencia científica sostiene que un asteroide chocó contra la Tierra. La hipótesis fue reconstruida por el físico Luis Álvarez y su hijo Walter, conocida como “la teoría Álvarez”, quienes propusieron la teoría del impacto devastador de un asteroide. La hipótesis establece que una nube de polvo y gases provocados por el impacto del asteroide bloquearon la luz del Sol ocasionando un efecto invernadero que cambió los patrones del clima.

El investigador del Instituto de Geología explicó que el meteorito que impactó en las costas de México medía aproximadamente 10 kilómetros y viajaba a una velocidad de 50 mil km/h. Al tocar la atmósfera, el meteorito calentó el aire casi instantáneamente, induciendo una ola de aire caliente y partículas incandescentes proyectadas desde el lugar del choque, avivando incendios en las áreas continentales cercanas. Se ha estimado que casi 20 por ciento de la reserva forestal del planeta se pudo haber consumido en estos incendios.

“Cae el meteorito como si fuera una explosión nuclear, una onda de choque, nubes de polvo, escombros, tsunamis, evaporación del agua, evaporación de la roca, terremotos. Se forma una nube de polvo que obstruye la luz, que cubre al planeta aproximadamente tres meses. La visión humana se hubiera recuperado en tres meses, igual que la fotosíntesis. Tres meses de oscuridad completa. Se puede llamar invierno nuclear o infecto invernadero, más los tsunamis con olas de más de 100 metros de altura, que destruyeron la plataforma continental y formaron los campos petroleros”, comentó Vega Vera, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel III.

El programa Domingos en la Ciencia es organizado por la Academia Mexicana de Ciencias, con el objetivo de difundir las ciencias (exactas, naturales, sociales y humanísticas) de una forma amena por medio de pláticas con reconocidos especialistas. Las actividades se presentan en diferentes sedes de la República Mexicana, incluyendo Universum, Museo de las Ciencias.

El estudio afirma que las elevadas temperaturas originadas por el impacto arrojaron 350 teragramos de hollín y sulfuro a la estratósfera. Lo que produjo la vaporización y fusión de las rocas sedimentarias en la zona en la que ocurrió el choque, con una área circular de decenas de kilómetros de diámetro. El polvo generado por el impacto y esparcido en la atmósfera ocasionó un oscurecimiento global durante varios meses. La temperatura de la Tierra bajó varios grados y afectó la sobrevivencia de los organismos, que sucumbieron en las adversas condiciones climáticas, propiciando el colapso de ecosistemas completos.

Algunas de las evidencias científicas que respaldan esta teoría son la presencia de capa de iridio esparcido por todo el planeta en los sedimentos terrestres datados alrededor del tiempo calculado para la extinción de los dinosaurios. Se sabe que el iridio es raro en la Tierra pero común en los meteoritos. El argumento se apoyó por el descubrimiento en 1978 de un enorme cráter bajo el mar de 150 kilómetros de diámetro, el cual se encuentra enterrado a mil metros de la superficie, cerca de Chicxulub, en el estado de Yucatán.

Actualmente la hipótesis de la extinción por un meteorito se considera la mejor documentada para explicar la crisis biológica. Sin embargo, algunos científicos dudan de la capacidad destructiva de un impacto de estas dimensiones y consideran que las extinciones fueron graduales y provocadas por múltiples causas.

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