El Museo Nacional de Arquitectura comparte Patrimonio, exposición de Santiago Arau

  • Reúne 200 fotografías que exploran la geografía, la historia y la cultura del área metropolitana, hasta el 30 de abril

 

Panorámicas aéreas, en cenital o picada, ángulos inesperados de los monumentos naturales y arquitectónicos que enriquecen el Valle de México, es lo que devela la exposición Patrimonio a través de la lente de Santiago Arau, que se exhibe en el Museo Nacional de Arquitectura (Munarq), recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), la cual seguirá abierta al público hasta el 30 de abril.

 

La muestra, que es un recorrido por más de 200 fotografías en pequeño y gran formato, tomadas entre 2015 y 2023, donde el artista mexicano explora la geografía, la historia y la cultura del área metropolitana, dialoga con imágenes pertenecientes al acervo histórico de Fundación ICA.

Dividida en ocho secciones, VolcanesLagosPrehispánicoConquistaIndependenciaSiglo XIXSiglo XX y Siglo XXI y Restauración de la memoria: Patrimonio artístico, la exposición abre con vistas inusuales sobre algunos colosos cercanos a la ciudad, como el Popocatépetl e Iztaccíhuatl, pero también aquellos invadidos por los asentamientos humanos, como el volcán Tepepolco o Peñón Viejo.

 

Las panorámicas de Arau muestran cómo alrededor de la megalópolis algunos lagos, entre ellos los de Xochimilco y Chalco, subsisten y pueden convertirse en espejos del cielo, pero, al mismo tiempo, deja ver las contradicciones del desarrollo cuando captura el correr de los automóviles sobre el Viaducto Miguel Alemán, mientras el agua del Río de la Piedad corre entubada y oculta, en una imagen de 2022.

 

Sus tomas capturan las enigmáticas geometrías de diversas zonas arqueológicas, desde uno de los centros ceremoniales más altos del mundo, el Monte Tláloc; pasando por la pirámide de Tenayuca, rodeada por la gran mancha urbana, hasta la Zona Arqueológica de Cuicuilco.

Asimismo, el artista entrega vistas espectaculares de diversos monumentos artísticos, como el Ángel de la Independencia, a través de una fotografía tomada en plano cenital (de arriba hacia abajo) que permite contemplar las inesperadas geometrías de su glorieta, pero también ángulos de plano medio que develan la expresión solemne de la “victoria alada” o las cadenas que sujeta con la mano izquierda.

 

El artista muestra desde amplias vistas de la Basílica de Guadalupe y la Catedral Metropolitana, hasta los detalles arquitectónicos que ocultan edificios como el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, hoy Museo de la Ciudad de México, donde una antigua cabeza de Quetzalcóatl forma parte de su arquitectura, para evidenciar los procesos históricos que ha vivido nuestra ciudad.

Una de las imágenes imperdibles es la que devela a la serpiente que forma parte del grupo escultórico de la cúpula central del Palacio de Bellas Artes. Los visitantes verán de frente a este animal, cuyo hocico abierto apunta hacia el cielo, mientras es devorada por un águila republicana. Una imagen con la cual se muestra que, sin importar el ángulo, el máximo recinto cultural del país es una obra de arte.

 

A partir de una reflexión entre patrimonio y ciudad, esta exposición también demuestra los trabajos de recuperación y conservación del patrimonio de México que lleva a cabo el Inbal a través de su Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), como en el Hemiciclo a Juárez, el Monumento a Rosario Castellanos, el Cárcamo de Dolores en Chapultepec, entre otros.

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