Afrontando la depresión navideña

Salvador Flores Durán

Las festividades navideñas a menudo llenas de alegría y celebración, pueden ser un momento difícil para aquellos que sufren de depresión. La presión social para estar feliz y rodeado de seres queridos puede intensificar los sentimientos de aislamiento y tristeza. Sin embargo, es esencial reconocer que hay opciones y estrategias disponibles para enfrentar la depresión navideña y encontrar apoyo durante esta temporada desafiante.

La depresión navideña es un estado de ánimo negativo temporal hacia todo lo que tiene que ver con esta época. Los síntomas son múltiples: insomnio, ansiedad, tristeza, falta de apetito, mal humor.

La Navidad es una época en la que el imperativo social es que todo debe ser felicidad. La realidad es que difícilmente es así en tiempos complicados y de total falta de certezas, como las que vivimos.

Millones de personas enfrentan en Navidad y Año Nuevo situaciones muy difíciles: mala economía, pérdida de seres queridos, desempleo, separaciones, rupturas amorosas, enfermedades, duelos, separaciones familiares, y todo tipo de problemas que influyen para que las personas experimenten un fuerte sentimiento de nostalgia.

Es normal sentir tristeza por estas situaciones, pero debemos estar alertas ante los síntomas que definen a la depresión: sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o “vacío”; desesperanza o pesimismo; irritabilidad, frustración o intranquilidad; culpabilidad, inutilidad o impotencia; pérdida de interés o placer en las actividades y los pasatiempos; fatiga, disminución de energía o sensación de que está más lento; dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones; dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado; cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado; dolores y molestias, dolor de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento; intentos de suicidio o pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

Los expertos recomiendan buscar apoyo profesional, especialmente, un profesional de la salud mental es una opción valiosa para quienes experimentan depresión navideña. Los terapeutas y psicólogos pueden proporcionar apoyo emocional, estrategias de afrontamiento y un espacio seguro para explorar los desafíos específicos asociados con esta temporada. La terapia cognitivo-conductual y otras modalidades pueden ser herramientas efectivas para abordar los pensamientos negativos y cambiar patrones de comportamiento perjudiciales.

Para las personas que sufren tristeza y sentimientos de pérdida en estas fechas es crucial mantener sus conexiones sociales. Esto no implica necesariamente participar en grandes eventos festivos, sino más bien enfocarse en relaciones significativas. Compartir sentimientos con amigos cercanos o familiares de confianza puede aliviar la carga emocional y proporcionar un apoyo valioso para las personas deprimidas.

En estos tiempos en los que las personas pasamos más tiempo en las redes sociales o ante las pantallas de los dispositivos móviles que interactuando con personas reales, es muy importante que se revaloren las relaciones interpersonales, un buen momento de plática con amigos en un café, en los portales el zócalo, una abrazo fuerte, un apretón de manos, son acciones mínimas que nos permiten reestablecer el equilibrio emocional y la valoración de las personas con las que, como nos hemos acostumbrado, solo intercambiamos me gustas en Facebook, o peor aún, unos cuantos segundos en X.

También debemos poner atención para establecer expectativas realistas. Las expectativas irreales pueden contribuir a la depresión navideña. Aceptar que las festividades pueden no ser perfectas y que está bien experimentar una variedad de emociones puede ayudar a reducir la presión autoimpuesta por estar feliz, todo el tiempo y a todas horas.

Anímicamente es benéfico encontrar nuevas formas creativas para celebrar, como participar en actividades que traigan alegría personal, la práctica de pasatiempos, la lectura de libros, la escucha de música relajante o la dedicación de tiempo a la creatividad artística. Buscar placer en las pequeñas cosas puede marcar la diferencia.

Un beso y un abrazo a los hijos, a la madre o el padre, abuelos, tíos, sobrinos, a las buenas amigas y amigos, es acción mínima y placentera que nos puede conectar con los sentimientos que sentimos por las personas que amamos, a quienes, tal vez, no pudimos dedicarles el tiempo suficiente durante todo el año que está por terminar.

No esperemos a mañana. Las personas que queremos, como nosotros mismos, esperan un abrazo, una llamada telefónica, un te quiero, un pequeño detalle que les diga lo importantes que son para nosotros. No hay nada mejor que un abrazo o una palabra de aliento para acariciar el alma de las personas que estimamos. Debemos recordar que dar es mejor que recibir, que el perdón beneficia a quien perdona.

Recordemos que no hay nada mejor que ir a la cama con el alma tranquila, con el sentimiento de haber expresado a nuestros seres queridos cuánto los amamos. Para una persona deprimida en Navidad, un abrazo es la mejor muestra que podemos darle de lo importante que es para nosotros.

Los especialistas también recomiendan poner atención al cuidado personal. Priorizar el autocuidado es esencial. Mantener rutinas saludables, como una dieta balanceada, ejercicio regular y suficiente descanso, puede influir positivamente en el bienestar emocional. Además, considerar prácticas de relajación, como la meditación o el yoga, pueden ayudar a reducir el estrés.

Además, una buena dosis de peliculas de comedia vistas en familia o pareja pueden ayudar mucho.

Además, planificar, dicen los especialistas, es bueno para enfrentar los bajones emocionales. Esto implica establecer límites claros en cuanto a las actividades y eventos en los que desean participar, así como crear un plan de contingencia para momentos difíciles.

Debemos comprender y concientizar, eliminar los estigmas al momento de percibir la depresión. La comprensión de que no estás solo en tus sentimientos puede ser empoderadora. Participar en grupos de apoyo o buscar comunidades en línea puede proporcionar un sentido de pertenencia y comprensión.

Enfrentar la depresión navideña implica un enfoque holístico que abarca el apoyo emocional, el cuidado personal y la gestión realista de las expectativas. A través de la búsqueda de ayuda profesional, la conexión social y el autocuidado, es posible enfrentar los desafíos festivos con mayor resiliencia. Recordar que la depresión es tratable y que hay opciones disponibles para apoyar la salud mental durante la temporada navideña es fundamental para superarla.

Apoyémonos, abracémonos, no permitamos que la depresión nos aísle del mundo y de nuestros seres queridos.

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