Una reverenda mierda

Benito Taibo
Soy un tipo esencialmente respetuoso y poco dado a la explosión o los gritos.
Condescendiente a veces, prefiero explicar motivos y dar razones antes que alaridos.
No me meto con nadie por su religión, preferencias políticas, gustos futboleros, ideas que no me son afines e incluso apreciaciones musicales, literarias o cinematográficas.
Pero, yo sabía que llegaría el día en que todo eso que llevo dentro, resignadamente, se acumularía exactamente igual que la lava de un volcán y terminaría en un exabrupto terrible que cubriría todo con ira prometéica desencadenada..
Pues bien. El día llegó, así que con su permiso:
!CHINGUE A SU MADRE MI CELULAR!
Ese pinche aparato infernal que se traba a cada rato, al que no logro oír nunca cuando suena, al que se le acaba la pila en tres horas, para el que el famoso 4G es sólo un sueño inalcanzable. Con el que no logro chatear, navegar, tomar fotos, bajar videos, realizar conferencias tripartitas y todas esas cosas espectaculares que sólo suceden en las películas y que parecieran un juego de niños.
Una reverenda mierda.
Mierda de todas las mierdas del universo conocido y por conocer.
Ya…
Lo hice.
Me siento liberado. No necesitaré a un psicoanalista ni llamar una línea de ayuda telefónica. Menos mal, porque lo acabo de estrellar contra una pared y aunque quisiera, sería imposible lo de la línea de ayuda.
Sí me quieren llamar, háganlo sin pena.
He recuperado la cordura.
Pero no contestaré porque el cabrón aparato ha muerto.
Lo enterraré, sin honores, en una esquina del jardín.
Buenas noches. Un abrazo. Y una disculpa sincera.

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