Salvador Flores Durán

Oaxaca.- La feminista y fundadora del diario La Jornada, Sara Lovera, consideró que los feminicidios en México son producto del machismo, la desigualdad entre hombres y mujeres, el autoritarismo exacerbado y la violencia institucional que existe, y acusó que en promedio ocurren al día seis feminicidios en el país.

En entrevista, descartó que gobiernos como el de Gabino Cué, en cuya administración han ocurrido más de 500 femicidios, tenga responsabilidad en el incremento de asesinatos de mujeres, “reducir el problema a que la culpa es de los gobiernos es no tomar responsabilidad sobre el asunto”.

Señaló que Oaxaca no es de los estados que ocupan los primeros lugares en feminicidios en el país y que desde hace 35 años, los primeros lugares lo ocupan la Ciudad de México y el Estado de México, por lo que los feminicidios rebasan las filiaciones partidistas de los gobiernos estatales.

Luego de dictar una conferencia sobre la situación política de las mujeres en el país en la Facultad de Derecho de la UABJO, junto con la periodista Soledad Jarquín Edgar, señaló que los feminicidios son un tema de la relación de desigualdad entre hombres y mujeres y “es un efecto directo del machismo y el autoritarismo, que por supuesto en México se ha exacerbado por la violencia institucional que existe”.

Lovera dijo que el asesinato de una mujer es la conclusión de un proceso de violencia feminicida, y “tiene que ver con la violencia contra las mujeres como un sistema de relación social. El tema de que la mayoría de las mujeres que son asesinadas lo son a manos de sus esposos y personas cercanas, habla de que la falla es estructural y tiene que ver con la falta de educación, sensibilidad y capacitación a los hombres”.

Dijo que el aumento de los feminicidios se debe a que cada vez las mujeres ganan más espacios de participación “los hombres están muy enojados. La situación es más o menos difícil de enfrentar. En la medida que las mujeres consiguen más derechos, los hombres son simbólicamente marginados, y crece en ese momento de acuerdo con la historia, el número de mujeres asesinadas”.

Explicó que el homicidio o asesinato de mujeres por razones de género, por el hecho de ser mujeres, es un tema que se ha estudiado a nivel mundial desde 1978, “es un tema mundial que empieza a abarcar algunos países donde creíamos que la situación se había equilibrado, como Finlandia, donde no hay impunidad ni existe la barbaridad de nuestros gobiernos”.

Argumentó que reducir el problema a que “la culpa es de los gobiernos es no tomar responsabilidad sobre el asunto, y tiene que haber varios dispositivos, por supuesto, el de desaparecer la impunidad”.

Dijo que actualmente diariamente matan aproximadamente seis mujeres en el país, pero recalcó que el problema es nacional y es muy preocupante, pero también sucede en Estados Unidos y en los países desarrollados y es un “gravísimo problema en España, donde sí hay justicia y sí detienen a los criminales, pero (los casos) no bajan en número”.

Planteó que por ello la pregunta es por qué no baja el número de ataques a las mujeres, “porque es un tema de la relación de desigualdad entre hombres y mujeres y es un efecto directo del machismo y el autoritarismo, que en México se ha exacerbado por la violencia institucional que existe”.

Expuso que la alerta de género es una simulación y lo que hay que exigir es que se aplique la ley y que en los estados de la república haya atención integral a las víctimas. La alerta, recalcó, “es una puerta falsa, a muchas mujeres feministas no les gusta lo que opino pero la alerta es una puerta falsa que sirve para hacer propaganda y poner el problema en el centro pero no es una solución”.

Dijo que la solución a los feminicidios está en otro lado y los medios de comunicación somos parte de la solución “si somos capaces de fomentar la no violencia contra las mujeres en todos los niveles, bajarían automáticamente la violencia”.

Fundadora de varias de las agencias noticiosas especializadas en información feminista, Lovera dijo que “estamos desesperadas en toda América Latina”, porque los feminicidios se registran en estados “de paz, con estados de guerra, con dictaduras, con malas y buenas democracias. El problema está en la creencia de que las mujeres valemos menos que los hombres y eso tenemos que quitarlo con ideología, con medios de comunicación, y educación, y ninguna de los dos está haciendo su tarea”.

Planteó que se tiene que fomentar transversalmente la equivalencia entre hombres y mujeres, el respeto a los derechos humanos de las mujeres y “cambiar la visión de la vida, y entonces, ahí es donde las feministas somos absolutamente peligrosas, porque estamos en contra de las instituciones del estado, de la iglesia, de la familia tradicional, y del propio estado gubernamental. Esas tres cosas tiene que cambiar para que tengamos igualdad”.

Esto, señaló, “es un problema duro. La iglesia fomenta la resignación y justifica el abuso de los hombres contra las mujeres y nos corrigen, nos meten a la cárcel, nos hacen prohibiciones, no tenemos libertad, y el Estado fomenta sistemáticamente con el sistema educativo la subordinación de las mujeres”.

Abundó que en los libros de texto hay una invisibilización de las heroínas reales, “las que hicieron la Revolución, la Independencia, la lucha por el voto” y recalcó que el problema de los feminicidios es más complejo “que pensar que un solito gobernante es culpable de eso, porqué reduce el problema a la nada y yo no tengo la culpa”.

Dijo que el tema no es la filiación partidista del gobierno, “en Chihuahua, cuando se descubre el feminicidio, gobernaba el PAN. Históricamente en 2005, hace 35 años, el Estado de México y Distrito Federal han tenido los primeros lugares, y los segundos los han tenido Guerrero y Chiapas, no Oaxaca, aunque Oaxaca también tiene muchos feminicidios”.

El estado menos violento contra las mujeres es Yucatán y “tiene que ver con la cultura de los mayas y no con el tipo de gobierno que tienen. Entonces, un gobierno de izquierda pude evitar el machismo, por supuesto que no. Tampoco se resuelve el problema de la violencia contra las mujeres con el sistema policiaco”, explicó.

“Las feministas pensamos que no deberían cortarle los penes a los hombres porque violan a las mujeres. Creemos que la cárcel a los hombres violadores no resuelve el problema. Queremos que cambie al cabeza de los hombres que siguen ejerciendo un machismo cotidiano”, señaló.

Preguntó “¿dónde está el mal? En el machismo, y tampoco se resuelven los crímenes de las mujeres ni de los hombres, entonces el feminicidio no es resultado de la falta de justicia, porque eso afecta a los hombres y mujeres. Yo no creo que haya culpables identificados e individuales. Creo, en cambio, que cada hombre, en cada sitio, tiene que reflexionar en cómo reproduce al violencia contra las mujeres en donde algunas resultan asesinadas”.