El juego que todos jugamos se llama ‘sólo juego yo’

El juego que todos jugamos se llama ‘sólo juego yo’

José Ureña

Ha sido el sueño de todos los gobernadores salientes.

Lo publicamos en 2021 con nombres, datos y señas de los seis a punto de dejar el poder bajo las siglas políticas tradicionales: todos querían ir al gabinete.

Muchos aspirantes y pocos cooptados:

Quirino Ordaz cambió Sinaloa por la embajada de México en España y la intrascendente expulsión del PRI de Alejandro Moreno, Alito.

Menos suerte en posición pero no en geografía tuvo Claudia Pavlovich, trocadora de Sonora por el consulado en Barcelona y también despachada del PRI.

A peor lugar fue enviado el también priista Carlos Aysa González, a quien Alito encomendó Campeche pero luego lo entregó a Layda Sansores.

Con un agravante: el hijo diputado del exmandatario decidió abandonar el bloque de contención del PRI, PAN, PRD y MC en la Cámara de Diputados.

Cuando su padre fue premiado, Carlos Miguel Aysa Damas abandonó la bancada priista de Rubén Moreira y se fue a Morena con su voto a favor de la reforma eléctrica.

Doble traición y un solo cargo en República Dominicana.

JAIME BONILLA

El juego de tentaciones también incluye a propios.

El único exgobernador morenista, el bajacaliforniano Jaime Bonilla Valdez, fue placeado durante sus seis informes de despedida por López Obrador.

Amigo suyo desde hace muchos años y financiero permanente de Morena, el ahora senador recibió múltiples ofertas y él soñó con ir al gabinete.

Nada.

Al final no hubo ni Conagua ni SCT ni Pemex ni lo último especulado, la subsecretaría de Gobierno en Gobernación, como segundo de Adán Augusto López.

-Tenemos que vernos. Luego te busco -le dijo López a Bonilla el lunes en su visita al Senado para dialogar con la bancada oficial.

Lejos de cargos, Bonilla inclusive estuvo a punto de perder su escaño, pero lo recuperó de último momento cuando el Tribunal Electoral de Reyes Rodríguez Mondragón corrigió a una Sala Regional.

LOS PENDIENTES

Ahora el turno es para otros.

En lo inmediato un panista-perredista y un priista, Carlos Joaquín González y Omar Fayad, ambos elogiados por el Ejecutivo federal y también invitados.

El quintanarroense, lo confirmó ayer Palacio Nacional, irá a Canadá, sin duda la segunda posición diplomática después de Estados Unidos.

¿Por qué?

Algunos datos:

Canadá es el segundo socio comercial de México, integrante del T-MEC, seguro participante de la cumbre de ministros en gestación y segundo en flujo turístico al Caribe Mexicano.

Para Joaquín González no será empezar de la nada, pues en su gestión gubernativa gestionó ocho vuelos directos canadienses a Cancún, Cozumel y Chetumal.

El caribeño no necesitó esperar el final de su mandato, lo cual no sucede con el hidalguense Omar Fayad y quien tal vez no tenga una posición relevante.

Como Carlos Joaquín, en algún momento esperó ser invitado a la Subsecretaría de Infraestructura de la SCT, como se anuncia en su página.

En lugar de suceder a Jorge Nuño Lara, nuevo titular de la dependencia, en el Gobierno se especula su posible envío a un consulado, la ruta ya andada por Claudia Pavlovich.

Quien no espera cargo alguno en el Gobierno federal, según confesión propia y a pesar de su cercanía con López Obrador, es el oaxaqueño Alejandro Murat.

El juego sólo lo juega el Presidente.

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