*Ing. Cutberto Ruiz Jarquín

La biometeorología trata de demostrar estadísticamente que el tipo de clima tiene una relación directa con la salud del hombre.

Los seres vivos reaccionan y se adaptan al medio ambiente atmosférico a través de complicados mecanismos bioquímicos, cuya comprensión es objeto de una moderna e importantísima rama del tiempo: la biometeorología.

Cuando el organismo fracasa en este intento de adaptación, se originan indisposiciones y enfermedades que pueden determinar la muerte e, incluso, condicionar la desaparición de una especie, como tantas veces ha ocurrido en el pasado.

Ahora bien, en la expresión “medio ambiente atmosférico” se incluye una serie de factores cuya relación con el organismo debe hacerse en principio por separado, aunque como es lógico, existan interrelaciones que multipliquen o reduzcan los efectos observables.

Asimismo, se ha encontrado que en muchas ocasiones, tienden a aparecer en el hombre epidemias o enfermedades agudas con brotes casi periódicos. A una dolencia generalizada, que aparece o desaparece según los cambios atmosféricos, se denomina meteorotrópica (tabla a). La evidencia estadística demuestra que los tipos de tiempo tienen relación directa con la salud del hombre.

Así, el paso de frentes y el cambio de masas de aire inducen fenómenos meteorotrópicos fácilmente corroborables. Por ejemplo, las radiaciones de onda larga asociadas a determinadas masas aéreas varían la estabilidad coloidal (ESTADOS DE ANEMIA) de la sangre y la velocidad de sedimentación de los hematíes. (BIOMETRIA Hematica, glóbulos rojos o blancos)

Las condiciones de alta temperatura afectan al sistema circulatorio y pueden ocasionar la astenia anhidrótica, (DESMALLOS FLOJERA) los choques térmicos alteran la secreción hormonal de las glándulas endocrinas. La exposición prolongada a radiaciones próximas al ultravioleta induce la formación de tejidos cancerosos mientras que la ausencia favorece el tétano.

La disminución  de la presión parcial de oxígeno produce el llamado mal de “montaña” y el paso de un frente frío agrava ciertas enfermedades cardiovasculares. Se tiene conocimiento que la incidencia de “norte” con temperaturas elevadas  provoca la carnosidad en los ojos. Tal es el caso de personas que habitan en el Istmo de Tehuantepec.

En el terreno de la psicología y psiquiatría se observan cambios importantes de comportamiento de actitud mental sobre todo en individuos de carácter violento. El llamado efecto “Fohen” producido por aire cálido que desciende por las laderas de las montañas, después de haberlas remontado por el lado opuesto, al alcanzar a las poblaciones ocasiona accesos de locura, depresiones nerviosas, histerias colectivas, etc.

Asimismo la baja presión que acompaña a un ciclón tropical provoca que el ser humano tome decisiones nada correctas para su sobrevivencia. Es relativamente frecuente todo lo anterior y constituye uno de los más curiosos fenómenos de la biometeorología

Enfermedades                                               fenómeno meteorológico